Hoy queremos dedicarle esta entrada al yacimiento al que más cariño guardamos y en el que más parte de nosotros hemos dejado. A unos dos kilómetros al este de Medina de las Torres, en el cerro de Los Cercos, acotado por los arroyos Palancares y Castillejo, en lo que fue la dehesa a la que dio nombre este último arroyo, se ubica la ciudad romana Contributa Iulia. La riqueza del término municipal de Medina de las Torres la convierte en escenario ideal para la práctica del senderismo arqueológico, pero en esta entrada nos centraremos en uno de los hitos patrimoniales que jalonan el territorio medinense, la ciudad romana de Contributa Iulia.
En ocasiones, el pasado solo se conoce a través de escritos antiguos. Los restos del municipio romano fueron buscados sin éxito durante siglos teniendo como únicas pistas, una localización aproximada y un nombre: Contributa Iulia. En el siglo XVII, el erudito sevillano Rodrigo Caro situó esta ciudad romana en Fuente de Cantos. Pocos años después, el religioso extremeño Tamayo de Salazar se decantó por ubicarla en Medina de las Torres. Ninguno de ellos constató su hipótesis. No será hasta 1970 cuando se encuentre el consenso necesario para establecerla de manera definitiva en el paraje de Los Cercos, de la mano del trabajo de H. Galsterer y que luego seguirán otros como Rodríguez Bordallo, Ana Mª Rios Graña, P. Silliers o Alicia Canto. contributa-iulia-ugultunia-historia-de-la-investigacion-hasta-nuestros-dias
Las fuentes nos sitúan a Contributa entre las integrantes de la Beturia céltica, castros prerromanos romanizados, como indican los nombres que nos aporta Plinio. Pero poco más debido al olvido que sobre su ubicación había caído, como demuestra el poco tino que los estudiosos modernos y decimonónicos habían tenido a la hora de situarla.

Ciudades de la Beturia Céltica.

Indicación de las diferentes ubicaciones otorgadas a Contributa Iulia.
La primera excavación fue realizada por Barrientos en el siglo XIX y aunque no aparecieron restos urbanísticos, se encontraron esculturas como las que pueden observar
en la fotografía que, junto con otros indicios, mantuvieron el interés por la ciudad perdida.
Hoy, por fin, el enigma se resuelve gracias a un proyecto de investigación que desde el año 2007 se realiza en la finca de “Los Cercos”, financiado por el Ayuntamiento de Medina de las Torres y la Junta de Extremadura, con la dirección científica del Instituto de Arqueología de Mérida.
Fotografías de «los togados» en el MAPB.
Como todas las ciudades romanas, Contributa Iulia tuvo una muralla que definía su territorio urbano. Durante las excavaciones arqueológicas hemos recuperado una parte de ella, así como una puerta flanqueada por dos torres. Además existió un edificio que servía como cuerpo de guardia construido entre la muralla y una plaza situada en el cruce de dos calles. El estudio de las reformas de todos estos espacios ha desvelado que la ciudad gozó de vitalidad, al menos, hasta el siglo VIII.
Vistas de la muralla, la puerta y su umbral, las vías y el cuerpo de guardia.

Reconstrucción ideal de la puerta y sus aledaños.
Entre los restos documentados destaca varias edificaciones que ocupan una manzana que dados los hallazgos adscribimos a un uso comercial. Se utilizó durante cinco siglos de manera continuada como evidencian las múltiples reformas documentadas.
Este gran complejo se articulaba en torno a un patio central delimitado por estancias que daban a las calles. Entre los materiales hallados destaca una estatuilla de bronce que representa a Minerva, diosa romana patrona de los artesanos, entre otros colectivos.

Vista general de la manzana durante su excavación.

Detalle de una de las puertas de acceso.

Reconstrucción ideal de la manzana comercial.
En la zona más elevada y por tanto más visible los romanos situaron el foro de la ciudad.
Estuvo formado por una gran plaza pública, pavimentada con placas de mármol y rodeada de importantes edificios. En el lado sur del foro se situó un gran edificio porticado
de dos plantas, la más alta con acceso directo desde la plaza. Siglos después del abandono de la ciudad romana este cerro se utilizó como lugar de cultivo uso que contribuyó al deterioro de las estructuras.
Vistas de la plaza y el edificio porticado del sur del foro.

Reconstrucción ideal del flanco sur del foro.
El lado norte del foro es actualmente el menos conocido. Las investigaciones realizadas sugieren que alojó edificios rectangulares con fachada hacia la plaza del foro. Además se ha documentado la planta completa de un edificio de culto que conserva su pavimentación completa. El lado oeste de la plaza, estuvo ocupado por un gran edificio de dos plantas
que identificamos como la basílica judicial de la ciudad. La basílica tuvo dos plantas, una de ellas subterránea, prueba de ello son los pilares que soportaban la planta que daba a la plaza. Tras el abandono de la basílica, parte de sus muros aún se mantuvieron en pie durante siglos. Ya en época moderna, se aprovecharon para construir una ermita
que se utilizó hasta el siglo XVII.
Diferentes vistas de la basílica judicial de Contributa Iulia.

Reconstrucción posible de la basílica.
En la ladera sur del cerro, los últimos trabajos han sacado a la luz un nuevo templo, probablemente dedicado a Fontano y los primeros vestigios conocidos de un anfiteatro. Los trabajos no sólo se han centrado en nuevos hallazgos sino que se han reinterpretado piezas importantes en el devenir histórico de la ciudad, además de la realización de un estudio sistemático del territorio del antiguo municipio. Las fuentes epigráficas nos hablan de la existencia de un circo, por lo que Contributa aún guarda secretos por desvelar.

Vista cenital del yacimiento.
Anímate y visita y conoce más de Contributa Iulia, la ciudad perdida que ya no lo está. Un saludo y gracias por vuestra atención.
Nos vemos caminando!!!
Pedro A. Delgado Molina.